Durante los últimos años el concepto de Sostenibilidad ha inundado nuestra vida y ha entrado a formar parte de nuestro vocabulario. Todas nuestras actividades deben realizarse bajo el concepto de sostenibilidad y desarrollarse solidariamente con el medio y recursos naturales que nos rodean.

 

 

 

 

 

De manera intuitiva, podemos decir que una actividad sostenible es aquella que se puede mantener. Hoy en día sabemos que una buena parte de las actividades humanas que se llevan a cabo no son sostenibles a medio y largo plazo tal y cómo están planteadas actualmente. Uno de los ejemplos más claro es el uso indiscriminado que hacemos de los recursos no renovables como los combustibles fósiles.

 

 

 

 

 

La incapacidad de la especie humana para vivir en armonía con el planeta y la negativa interacción entre el hombre y el sistema natural son los grandes problemas ambientales que debemos afrontar en la actualidad.

 

 

 

 

 

«Un desarrollo sostenible es aquel que satisface las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.»

El turismo es una de las actividades humanas que más afecta al medio natural debido al gran crecimiento que ha sufrido durante las últimas décadas, dando lugar, en numerosas ocasiones, a un turismo masivo que desborda la capacidad de los destinos para gestionarlo de manera adecuada. Además, somos conscientes de que los recursos en los que se basa el turismo son frágiles, así como de la creciente demanda de una mayor calidad medioambiental. Es por ello que en los últimos años la actividad turística se está desarrollando bajo las premisas de máxima sostenibilidad y mínimo impacto medioambiental.

La práctica del turismo sostenible conlleva realizar actividades turísticas respetuosas con el medio natural, cultural y social, y con los valores de una comunidad que, permite disfrutar de un positivo intercambio de experiencias entre residentes y visitantes, donde la relación entre el turista y la comunidad es justa y los beneficios de la actividad es repartida de forma equitativa y donde los visitantes tienen una actitud verdaderamente participativa en su experiencia de viaje.

En la Conferencia Mundial de Turismo Sostenible celebrada en Lanzarote (1995) adoptó la Carta de Lanzarote en la que se sostiene que siendo el turismo un potente instrumento de desarrollo, puede y debe participar activamente en la estrategia de desarrollo sostenible de un territorio. Una buena gestión del turismo exige garantizar la sostenibilidad de los recursos de los que depende.

El objetivo principal de un turismo sostenible es la sensibilización y concienciación de los ciudadanos, promoviendo conductas responsables y respetuosas, así como buenas prácticas ambientales durante las vacaciones. Los turistas deben tomar conciencia de lo que deben o no hacer en sus destinos y por qué sus acciones pueden poner en peligro la riqueza biológica del lugar que se visita. Por otro lado, la actividad turística debe prever una evolución turística aceptable respecto a su incidencia sobre los recursos naturales, la biodiversidad y la capacidad de asimilación de los impactos y residuos producidos.

En el Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas llevamos trabajando la sostenibilidad desde el año 2004 en el que fue acreditado con la Carta Europea de Turismo Sostenible (CETS). Se trata de una acreditación de ámbito europeo a los espacios naturales protegidos que han demostrado su compromiso práctico con el turismo sostenible trabajando en equipo, elaborando y ejecutando una estrategia turística y un plan de acción adaptado a las particularidades del territorio, con el objeto de mejorar la viabilidad ambiental, social y económica del turismo.

A esta certificación de sostenibilidad también están adheridos numerosos empresarios turísticos que actúan en el parque, garantizando, de este modo, beneficios ambientales, sociales y económicos para todo el territorio. También conlleva ventajas para la propia empresa, que van desde el ahorro de costes hasta la mejora de la imagen empresarial con una distinción que, en un mercado turístico crecientemente competitivo, sólo está al alcance de empresas que apuestan decididamente por la sostenibilidad, la conservación del entorno y el desarrollo local, objetivos prioritarios de la Carta Europea de Turismo Sostenible.